miércoles, 9 de noviembre de 2011

COMUNA 13 SAN JAVIER


ESTA ES MI COMUNA



HISTORIA

Desde el año 1869, el caserío La Granja cambió su nombre por el de La América, el cual fue corregimiento hasta el año 1938, sus veredas eran San Javier, La Puerta, La Loma y El Corazón; ésta última fue el origen de los barrios Belencito, Betania y El Salado, estos, fueron registrados en el año 1910 como invasiones tempranas. Otro factor iniciador del poblamiento de la Comuna 13 San Javier, fue el asentamiento de la Comunidad de la Madre Laura, en terrenos de lo que actualmente es Belencito.

En 1946, la Cooperativa de Vivienda, transforma la finca del señor Pepe Ángel en el Barrio San Javier en sector residencial. Desde el año 1950 en adelante, se produjeron asentamientos por la venta de lotes de manera ilegal en los barrios Santa Rosa de Lima, La Pradera y Los Alcázares. A finales de los años sesenta y hasta comienzos de los ochenta, se produjeron ocupaciones clandestinas, entre las que se destaca, la invasión de la colina, en el sector de Belencito que luego fue aprobada por las misioneras de la Madre Laura, para ser legalmente habitados por quienes habían incurrido en la invasión.

De otro lado, entre 1978 y 1980, las laderas occidentales de los barrios 20 de Julio y Antonio Nariño recibieron un alto número de pobladores. Luego, bajo la práctica de invasión, piratería y toma espontánea de tierras, se formaron asentamientos en los sectores actualmente denominados “Las Independencias I, II, III y Nuevos Conquistadores”.

Se trataba de aproximadamente de mil quinientas familias inmigrantes de subregiones Antioqueñas, como el Occidente y Urabá y de otros barrios de Medellín. En su mayoría, estas personas se dedicaban en la ciudad al comercio informal, en el sector de Guayaquil, centro de la ciudad. Debido a las prácticas invasoras de apropiación del terreno, los nuevos vecinos fueron denominados por los residentes de los barrios existentes como “invasores y tugurianos”, calificativo que dificultó la integración entre los habitantes de la comuna.

La dinámica de la ocupación informal o invasión, se disparó en la comuna a partir del año 1984, con el asentamiento en el barrio La Divisa y el sector denominado la Luz del Mundo, ubicados en los barrios el Socorro y Juan XXIII, la invasión se hace masiva, sobre el territorio sin ninguna norma técnica de planificación y en un abandono total del Estado, generando unas condiciones sociales y económicas  muy difíciles para esta población.

Los asentamientos mencionados no contaban con servicios públicos. Para suplir estas necesidades recurrían a fogones comunitarios de leña o petróleo, construían el alcantarillado con materiales desechables y se abastecían de agua para el consumo de un pozo que existía en el barrio 20 de Julio, o de las quebradas que atravesaban la zona.

Luego, en la década de los 80, las condiciones de exclusión, desempleo y falta de servicios básicos, posibilitaron la influencia del narcotráfico a través del sicariato y los grupos de “justicia” privada.

Estas prácticas fueron toleradas y legitimadas por algunos de las y los habitantes de los barrios, quienes encontraban en ellas, una forma de eliminar prácticas delictivas. En la década de los 90, la Comuna 13 San Javier vivió una dinámica similar a la de otras comunas de Medellín en las que el sicariato vinculado al narcotráfico, incrementaron su auge, por la ausencia del Estado. Esta situación, que propiciaba otras prácticas delictivas como los robos y los homicidios selectivos, -especialmente a jóvenes-, fue combatida por las milicias, que se consolidaron entre 1988 hasta 1994 aproximadamente. A mediados de esta década, la Alcaldía de Medellín, hizo presencia en los barrios más altos de la comuna aportando al mejoramiento de los barrios subnormales. Este aporte, financiado con un préstamo del Gobierno Alemán, el cual, se propuso invertir por primera vez, en aspectos sociales, entre los años 1992-1997,  cerca de seiscientos millones de pesos, en la zona Centro Occidental de la Ciudad.

Para esta época, los grupos armados al margen de la ley, alcanzaron una gran expansión, ellos se apropiaron de la justicia hasta tal punto, que el problema se convirtió en una situación de orden nacional y llegó a una confrontación urbana nunca antes vista en Colombia, más de un año de enfrentamientos armados permanentes entre los grupos ilegales y la fuerza pública, hicieron de la comuna un campo de batalla, donde se violaron a gran escala los derechos humanos; este enfrentamiento parecía haber terminado con la Operación Orión en el año 2002, pues luego de ésta, se vivió una tensa calma, donde el conflicto se tornaba silencioso y la reorganización de los grupos armados se hacía evidente en los barrios y sectores de la comuna, ante la mirada temerosa de sus habitantes. Después del año 2002, luego de que el Estado actuara ante la problemática del conflicto armado que había vivido la zona, y explorara y ratificara las tristes condiciones de pobreza en que vivían la mayoría de sus habitantes, y de ver la gran deuda social que se tenía con este sector de la ciudad, la administración municipal, se da a la tarea de realizar un acompañamiento permanente en procesos, que buscan el mejoramiento del entorno social.

Esta realidad de exclusión en los barrios de la Comuna 13 San Javier, aún no cambia mucho, pues la deuda social histórica, que se tiene con la población que habita en este sector, es profunda y aún hoy, según datos estadísticos, sabemos que la mayoría de la población, está clasificada por sus características socioeconómica, en los estratos más bajos de nuestra ciudad, teniendo como nivel predomínate, el nivel 1 del SISBÉN, es decir un nivel bajo –bajo.

Es de reconocer, que a partir de la inversión social, realizada desde la Alcaldía de Medellín, se empezaron a ejecutar iniciativas que buscaban mejorar la calidad de vida de las y los habitantes de la Comuna 13 San Javier. Proyectos macros como el Metrocable de Occidente, el Parque Biblioteca San Javier, los Colegios de Calidad y diferentes espacios de recreación y encuentro, cambiaron el entorno físico, social  y cultural de la comuna.

Pero aun así, los esfuerzos realizados por el Estado Colombiano, no son suficientes, pues las condiciones de vida de las y los habitantes de la comuna, no son las ideales, especialmente en el componente de seguridad, que a pesar de que contamos con gran cantidad de fuerza pública, entre ellos, la policía y el ejército,  los grupos armados al margen de la ley, siguen imponiendo condiciones en los diferentes barrios y sectores, aprovechándose de que el Estado, no impone su fuerza de justicia ni tampoco garantiza a la sociedad el cumplimiento de la ley, reclutan niños y jóvenes, que no cuentan con oportunidades económicas y sociales, a quienes no les queda otra alternativa que filarse en estos grupos, para poder sobrevivir a la economía que afecta la nación.

En este panorama, la organización comunitaria ha trabajado durante toda la historia de la planeación, intentando arañar algunas posibilidades para mejorar  las  condiciones de vida, y es así, como se han mantenido durante muchos años las organizaciones sociales y los diferentes grupos de trabajo. Es de resaltar que los principales protagonistas de los procesos que se dieron para poder vivir en comunidad, fueron sus mismos habitantes, sus líderes y lideresas, que canalizaron las necesidades, propusieron soluciones y las ejecutaron mancomunadamente.

Estas condiciones han creado una doble realidad que ha caracterizado a la comuna en su historia: una capacidad de organización social basada en la solidaridad de sus habitantes, reunidos en muchas iniciativas que sus condiciones materiales le requería, como los acueductos comunitarios, la construcción de caminos, alcantarillados, muros de contención, todos ellos en convites, hasta el punto que en la actualidad, se instituye la comuna, como un ejemplo en la planificación participativa del desarrollo con la formulación de su Plan de Desarrollo “Sembrando Para el Futuro y el Desarrollo Integral”.

A través de la herramienta de Presupuesto Participativo, implementado en el año 2004 por la Administración Municipal, se generaron espacios de debate y participación, lo que ha enriquecido el ejercicio democrático de argumentación y discusión sana donde han prevalecido las ideas y se ha logrado trabajar sobre puntos comunes identificados por la población. Hay que resaltar que la Comuna 13 San Javier, siempre ha sobresalido por el trabajo comunitario; primero como habitantes que se unían, para sacar adelante sus comunidades y después, como grupos organizados para trabajar la cultura, la educación, el deporte, la diversidad sexual, las minorías, la planeación y el desarrollo de la comuna, entre otros.




Población



La población de la Comuna 13 San Javier es muy diversa, encontramos una gran cantidad de personas proveniente de diferentes zonas del país, que por diversos motivos han llegado a la ciudad, y se han instalado en este sector, en los últimos 25 años, ampliando sustancialmente el pluri culturismo. El aumento de la población que proviene de la Costa Pacífica y Atlántica, ha sido muy significativo, ya que ha traído consigo, costumbres socio – religiosas y potencialidades en expresión artística. Es por esto, que en los últimos años, el movimiento de comunidades negras o Afrocolombianas con asiento en esta comuna, viene ganando espacios en escenarios públicos, donde sus expresiones culturales y artísticas se han evidenciado con más fuerza, además, en esta zona de la ciudad habitan, algunas familias indígenas, que representan menor cantidad poblacional, pero que realizan, un aporte importante a la pluralidad cultural.

El desplazamiento del campesinado en Colombia y en Antioquia, aumenta la llegada permanentemente de esta población a la ciudad y a la comuna en particular, incrementando los índices de analfabetismo, desempleo, pobreza, déficit de vivienda, desnutrición infantil, entre otros, acrecentando el número de conflictos que se afrontan en la comuna, por ausencia de oportunidades.

Los datos de la población total de la Comuna 13 San Javier son muy diversos, las diferentes instancias gubernamentales no han unificado sus datos, lo que genera una inconsistencia al momento de tomarlos como referencia para cualquier acción, veamos: El DANE en su censo en el año 2005, estableció que la comuna tenía una población de 138.790 habitantes, mientras que para el SISBÉN, en el año 2008, se establece un total de la población de 136.258 habitantes. Los resultados del SISBÉN del año 2010, presentan una población de 150.325 habitantes y los datos de la Encuesta de Calidad de Vida para Medellín en el año 2008, son de 165.751 habitantes.

Tomando como referente la encuesta del SISBÉN para este año 2010,  tenemos que el 25.48% de los habitantes de la comuna, es decir, 38.308, son menores de 15 años, la cuarta parte de su población total, son niños que merecen una atención especial, pero que al igual que el resto de los habitantes de esta comuna, les toca padecer a diario las consecuencias de la exclusión de todos los niveles en que habitan el territorio, la falta de equipamiento, las amenazas por deslizamiento del terreno, la violencia intrafamiliar y social y el reclutamiento forzado por parte de los grupos armados al margen de la ley, proyecta a estos infantes, a reproducir la historia que se ha venido repitiendo durante décadas en estos sectores.
A su vez, la comuna tiene 44.716 habitantes jóvenes, entre las edades de 19 a 29 años, lo que nos permite aseverar que este sector, requiere de una institución de educación superior, casi igual, que la Universidad de Antioquia, para atender a esta población, además, proveerles espacios para su desarrollo integral.
La comuna cuenta con cerca de 54.450 adultos, muchos de ellos desempleados y sin oportunidad alguna, de garantizar la sostenibilidad de sus familias, pues no cuentan con la formación adecuada para desempeñarse laboralmente.
Finalmente, habitan 12.851 adultos mayores de 60 años, que en su mayoría, han sido aislados de todos los procesos sociales, donde no se valora el legado de su experiencia y de su aporte a la construcción de sociedad; además, llegan a convertirse en una molestia para sus familias, con el agravante de no haber alcanzado siquiera, la pensión de vejez, con la que podrían vivir dignamente, ya que no contaron con suficientes oportunidades laborales, que les permitiera cotizar el tiempo establecido por la ley y obtener así, su jubilación.





La Comuna 13 San Javier, tiene un área de 7 km2 equivalentes al 37.6% del área de la zona y 6.2% del área urbana de Medellín.

Está localizada al occidente de la Zona Centro Occidental de la Ciudad, limita por el norte, con la Comuna 7 Robledo, por el oriente con la Comuna 12 La América; por el sur con el Corregimiento de AltaVista, y al occidente con el Corregimiento de San Cristóbal.

La Comuna 13 San Javier, hace parte de la Zona 4 de la Ciudad, la cual está integrada también, por la Comuna 11 Laureles-Estadio y la Comuna 12 La América. Según el Acuerdo Municipal 346 de 2000, La Comuna 13 San Javier está compuesta por 19 barrios: El Pesebre, Blanquizal, Santa Rosa de Lima, Los Alcázares, Metropolitano, La Pradera, Juan XXIII, La Quiebra, Antonio Nariño, San Javier, 20 de Julio, El Salado, Nuevos Conquistadores, Las Independencias, El Corazón, Belencito, Betania, Eduardo Santos y El Socorro.

Sin embargo, la dinámica de funcionamiento de las Juntas de Acción Comunal, JAC, ha posibilitado que muchas personas identifiquen algunos sectores, que están dentro de los Barrios reconocidos por el Departamento Administrativo de Planeación Municipal, como si fuesen barrios, estos son; Asomadera, Villa Laura, Quintas de San Javier, La Divisa, Mirador de Calasanz y El Paraíso. Algunos barrios, dentro de esa misma dinámica de las JAC, se han divido en dos o tres sectores, que en el lenguaje de los comunales, los homologan como barrios, estos son: barrio La Independencia, compuesta por Independencias I, Independencias II e Independencias III; barrio Pradera, compuesta por Pradera Parte Alta y Pradera Parte Baja; barrio Nuevos Conquistadores compuesta por Nuevos Conquistadores Parte Alta y Nuevos Conquistadores Parte Baja, barrio el Salado compuesto por Salado Parte Alta y el Salado Parte Baja, barrio El Socorro compuesto por El Socorro La América y El Socorro Los Ángeles. También, hay sectores que legalmente no son de la Comuna 13 San Javier, y que están en estrecha conexión con ella, por ejemplo, a través, del Presupuesto Participativo y de Asocomuna 13, fueron adoptados en esta comuna, sectores como; La Gabriela, Guadarrama y La Luz del Mundo, para asignarles recursos, que aporten a su desarrollo.

No existen fechas exactas de la fundación de los barrios, ya que primero se asentaron barrios construidos con el apoyo estatal y que en muchos casos, se hizo con recursos del Instituto de Crédito Territorial, como los barrios de San Javier, Los Alcázares, La Pradera y Belencito. Estos crecieron de forma ordenada, pero la gran migración de campesinos que se dio a mediados del Siglo XX, por la gran violencia política en los campos, obligó a los nuevos desarraigados de la tierra, a ver a Medellín como un destino ideal para empezar una nueva vida. El auge industrial y textilero, era una gran opción para las familias que venían a emplearse.

La mano de obra no calificada de las empresas de la ciudad, era la más contratada para aquel entonces. Después de este proceso migratorio, alrededor de estos asentamientos urbanos, la población aumenta considerablemente en estos sectores, los barrios vieron como llegaban nuevos habitantes que colonizaban las laderas vecinas de sus territorios.


En su aspecto físico, la zona cuenta con una topografía muy accidentada, especialmente en el extremo occidental, donde alcanza 1.650 mt sobre el nivel del mar. Es de anotar que los barrios: Santa Rosa de Lima, Juan XXIII La Quiebra, Las Independencias, El Salado, Antonio Nariño, Nuevos Conquistadores, El Corazón y Blanquizal, se caracterizan por estar ubicados en terrenos de altas pendientes, catalogados muchos de ellos, como zonas de alto riesgo.

Existen cuatro importantes quebradas que van de occidente a oriente, desembocando en el Río Medellín, como son; La Iguaná, La Pela hueso, La Hueso y Ana Díaz, todas estas, han sido causantes de deslizamientos en terrenos habitados y de inundaciones en esta comuna y en las comunas 11 y 12, causando estragos, porque las estructuras hidráulicas se obstruyen con los desechos sólidos, que se arrojan en las partes altas de sus cauces.

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